Review de Lord Kraven: "La Caída de Kildarum" (2014)
Por Santiago Pogonza
Lo de los
powermetaleros Lord Kraven es magnífico, excelso, colosal, inverosímil... Puedo
estar dos semanas tirando adjetivos de este tipo y flores varias, ya que muy pocas
veces se ha visto en la escena local algo de estas características. Hablo de
una extensa obra en digipack tríptico que contiene 2 CDs con 23 tracks entre
canciones e interludios, 1 hora y 45 minutos de duración para relatar una
historia épico-fantástica de propia autoría, en la línea del universo Tolkien y
que nada tiene que envidiar a discos laureados de Rhapsody y Blind Guardian.
La misma
inicia contando el mito creacional del planeta Ernha, donde luego de una
supernova cae la materia que originaría a dos seres extraordinarios, Balkkar,
quien se relaciona con los primitivos hombres cual Prometeo, y Ly´Altur,
morfológicamente similar pero crecido en el desértico y tenebroso lado oscuro
de ese mundo. Llevado por el primero para convivir con los mortales, no puede
con su naturaleza maligna, se autoproclama Dios del Terror y se rebautiza como
Melder, fortaleciéndose con alianzas tribales e iniciando una rebelión
descomunal. De la misma prácticamente no parecen conservarse registros y queda
relegada al folklore, difusa entre recuerdos supuestamente supersticiosos,
hasta que el reino de Kildarum comienza a ser acechado por extrañas fuerzas que
desafían todo tipo de creencias…
“Hay una vieja leyenda que el mundo nos obligó
a olvidar. Una vieja y triste leyenda que se nos prohibió volver a cantar… pero hay ciertas historias que el
tiempo se niega a matar y hay ciertas canciones que se deben volver a
escuchar”.
Así empieza
la intro, que se completa con extractos de diálogos teatralizados que
encontraremos por toda la placa, con una orquestación en crescendo, redondeando una suerte de tráiler cinematográfico para
ir tanteando como irá la cuestión.
“Malditos
dioses” es la primer canción que invita a sentarse junto al fuego para
adentrarse en el tiempo presente (“El mundo cambió y la sombra acechó, con
hambre Melder deseó todo el reino. El hombre temió y al dios Balkkar oró, se
cree que así se ganó esa guerra. Triste leyenda de años atrás, tal vez sea
mentira o verdad pero hoy se repite. ¿Cuál será la realidad, la verdad? ¿Por
qué nos abandonás contra el mal? ¡Los maldigo, dioses, ya!”). Todos los ingredientes
musicales que integrarán el disco pueden sentirse aquí, geniales solos
repartidos entre el guitarrista Emiliano Muslimovich y el tecladista Agustín
López, la imponente vocalización de Martín Noé en amplios registros, rápidos
pasajes a doble bombo, momentos de cristalina calma, cabalgatas, ritmos
trabados…
En “Tambores
en el abismo” se crea una atmósfera casi lovecraftiana,
para la concreción del peor temor de “Fear of the Dark” de Maiden (“Me encuentro
solo bajando por un camino, la noche es muy profunda, la Luna autista en el
cielo… sé que alguien me sigue, pero no me atrevo a voltear. Escapo tropezando
en la oscuridad, desciendo al fondo y allí sé que algo me está esperando, veo
una sombra que se acerca a mí. No puedo moverme y el terror que sentí ahora se
torna en morbo, pues quiero saber qué es esto”).
La funesta
“Un lamento por Aurín” narra cómo arrasaron la tierra de los enanos, los
primeros en probar la ferocidad de los misteriosos enemigos “de ojos negros”,
cayendo a pesar de su bravía. De la mano de este triste hito prosigue “La
canción del juglar”, pieza barroca en la línea de Blackmore´s Night que testimonia
la aparición de un viejo bardo que en su tradicional labor de transmitir
oralmente las historias y leyendas, canta las penas de “un viejo mundo que
olvidó lo que es”.
Luego de las
discusiones en el banquete de la corte del rey Kalurd en “Consejos, rumores y
otros menesteres”, sigue “Amo de tu ser”, un clásico antiquísimo, de los primeros
caballitos de batalla del conjunto en sus iniciales shows de hace una década.
El duelo de solos de viola y teclas me recuerda por su nivel a la segunda mitad
de los 90s de los fineses Stratovarius.
Bulvof es
encomendado a internarse en el teatro de operaciones para hacer espionaje e
intentar retomar la ciudad conquistada a los enanos, junto con Élmelar y Balfer.
El inicio de su campaña y la esperanza que genera es loada en la marcial “La
marcha de los tres guerreros” (“Cuando la pasión agonice, cuando los hombres ya
no puedan más, ellos vendrán cantando, con su corazón luchando. Los veo llegar…
¡Mirad! A su paso la luz avanza, ya los puedo ver, vienen a triunfar”).
Pero son
arrollados en las colinas de Parfin: “El día en que el sol se apagó” se centra
en la tragedia del principal guerrero, que pierde en la batalla a su hijo
Bilaf. Obviamente es un sentido medio tiempo, con conmovedoras ambientaciones de
instrumentos clásicos sampleados y efectos de lluvia. Se le pega la
instrumental pieza “Funeral”, con Florencia Germano de invitada para ejecutar
gaita, tin whistle y flauta traversa.
Luego de la
particular pieza en inglés “The witch of the forest”, se oye la arenga del
mismísimo rey al frente de sus tropas en “Sangre, honor y muerte”, antes del inicio
de “La batalla de Gorgul”. Otro viejo himno bombástico que rivaliza en
protagonismo con “En los ojos de mi enemigo”, nuevo temazo del conjunto, con más machaque, potencia y oscuridad,
con una genial letra que se aventura en el choque de realidades e idiosincrasias
que produce el enfrentamiento armado (“Creerás que soy la oscuridad, un
monstruo extraño sin pasado… pues tú para mí eres igual, somos víctimas de esta
ambigua realidad. Aquí estoy, no soy lo que ves. Debes saber que yo también
lucho por el bien de mi tierra, más el tiempo nos reunió, el destino nos
enfrentó. Cuando tu carne no sea más que cuero seco entre mis manos ocultaré
sentir dolor, jurando que lo hice por un mundo mejor”).
El fin en
todo sentido se desencadena con el diálogo de “La última misión”, la magnífica
“La caída de Kildarum” y la desolación de “Salones vacíos”, dejando una luz de
esperanza para la continuación de esta historia con desenlace abierto.
Pero aún hay
más, se suman a modo de bonus “Master of your fate”, la versión en inglés de
“Amo de tu ser” (la que evidencia la traición de Feldor, primer capitán del
ejército real y primo del rey Kalurd), “La batalla de Gorgul” editada para
radios y “Más allá del mar”, hermosa balada fuera del concepto del disco,
inspirada en “La historia de Beren y Lúthien” de J.R.R. Tolkien.
La tapa estuvo a cargo de Gonzalo Kenny (ilustrador argentino
conocido mundialmente, también fue bajista de la mítica banda Sélidor), y Pablo Nuñez realizó todos los dibujos del descomunal booklet, que consta de 22 páginas.
Aplaudo de pie el resultado de este titánico esfuerzo de
largos años de los Kraven, todo el sudor y sangre quedaron cristalizados en un
ítem indispensable en cualquier discoteca o biblioteca, sin lugar a dudas!
Agradezco a Agustín López por acercarme este material
Aquí está para escuchar en Youtube una de los más bellos momentos que tiene esta obra:
Es increíble el trabajo que hay detrás de este disco doble. Me la paso viajando, acompañado de ésta obra mientras leo las letras y aparece la piel de gallina.
ResponderEliminarEs la primera vez que me pasa con una banda argentina, muchas gracias muchachos por haber creado esto.
Se nota que Santiago Pogonza escuchó con detalle y pudo apreciar una pieza de este calibre. Muy buen trabajo Santiago!!!