Frater - Into The Light (2012)
Por Santiago Pogonza
Señoras y señores,
ante ustedes se presenta aquí uno de los mejores discos del metal de la
Argentina, entre los que se editaron hasta hoy y seguro por siempre. La
banda ya era una promesa latente, un diamante en bruto, desde su inicio y el
lanzamiento de su EP “Shapeless” (2009) pero es con la concreción de
este aclamado debut “Into The Light”, musicalmente intachable y de audio
primermundista, que logran poner de rodillas a la escena nacional y a
la prensa especializada.
Ya con los primeros acordes de “Eleven”, en la vena del mejor Dark Tranquility, se deja bien en claro que el Death Melódico es una de las principales vertientes de las cuales se alimentan, con una gran letra que narra el vacío generalizado de la sociedad contemporánea. El espíritu crítico permanece siempre y sigue en “Heir of thorns”, en la cual se habla de la extraña relación ritual de las personas con la supuesta divinidad cristiana occidental. Aquí como en muchos segmentos del álbum, quedan muy bien expresados los soberbios arreglos percusivos. “Venomous” tiene todo como para ser uno de los “hits” del conjunto, es pura potencia, solo interrumpida inteligentemente con un memorable estribillo, que encabezaría cualquier DVD compilatorio de clips de música pesada de las grandes ligas, que se llenan de banditas europeas que lo único que las posiciona mejor es… una casualidad geográfica! Bajando las revoluciones, “Break away” conjuga diversos tempos con un riff principal dotado de un groove gordísimo, y con un amor inocultable a los más grandes de Suecia (no pregunten obviedades, empieza con “O” y termina con “peth”!), línea que se sigue respetando en “Eternal return”, bien progresivo y deathmetalero, que con su atmósfera nos transmite los mismos sentimientos de culpa de la letra. El segmento final es genial, lamentablemente muy breve, pero con un riff mastodóntico y unas voces podridas de ultratumba que te hacen fruncir el asterisco. “Beneath my eyes”, “Truth in lie” y “Free us now” representan los tracks más accesibles del disco, con guiños a Killswitch Engage, sin perder un ápice de calidad y pesadez, brillan los estribillos ultramelódicos que los dejan como titanes en los recitales de metalcore en los que participan habitualmente. “Shapeless” hace la diferencia, suena más 90´s, medio panteroso, con un clima opresivo que es una perfecta fotografía de la psicosis del protagonista de la canción.
Esta obra maestra termina bien al palo con un triplete donde se saborea con acierto (pero mezclado con personalidad propia, por supuesto) la magia de los mencionados Opeth: primero “Statement”, la más extrema del CD, con demoledoras intervenciones de batería, luego con “Swansong”, bien trabada y retorcida, con el prog epiléptico que a pocos les da el cuero ejecutar, y finalmente el broche de oro que es la pieza que titula todo este compendio de gemas. “Into the light” condensa los mejores arreglos de teclados y voces limpias, es una rapsodia que sucede entre las más bellas melodías melancólicas y pasajes extremos, incluido el brutal clímax final. Y es, como si fuera poco, la mejor poesía sobre la muerte que leí en toda mi vida.
No podés no tener este disco, no seas “tan biónico”! Zarpada formación lo grabó: Andrés Bori en guitarra y voces limpias, Pablo Urcullú en voces podridas, Federico Mele en batería y Andrés Zadunaisky en bajo, posteriormente sumaron a Joaquín Gómez en guitarra y Alejandro De Souza se hizo cargo de los gritos del más allá.
Agradezco a Joaquín Gómez por acercarme este material.
Contactos: https://www.facebook.com/FRATERMETAL?fref=ts
Acá va una excelente labor audiovisual, su lyric video de “Heir of Thorns”
Ya con los primeros acordes de “Eleven”, en la vena del mejor Dark Tranquility, se deja bien en claro que el Death Melódico es una de las principales vertientes de las cuales se alimentan, con una gran letra que narra el vacío generalizado de la sociedad contemporánea. El espíritu crítico permanece siempre y sigue en “Heir of thorns”, en la cual se habla de la extraña relación ritual de las personas con la supuesta divinidad cristiana occidental. Aquí como en muchos segmentos del álbum, quedan muy bien expresados los soberbios arreglos percusivos. “Venomous” tiene todo como para ser uno de los “hits” del conjunto, es pura potencia, solo interrumpida inteligentemente con un memorable estribillo, que encabezaría cualquier DVD compilatorio de clips de música pesada de las grandes ligas, que se llenan de banditas europeas que lo único que las posiciona mejor es… una casualidad geográfica! Bajando las revoluciones, “Break away” conjuga diversos tempos con un riff principal dotado de un groove gordísimo, y con un amor inocultable a los más grandes de Suecia (no pregunten obviedades, empieza con “O” y termina con “peth”!), línea que se sigue respetando en “Eternal return”, bien progresivo y deathmetalero, que con su atmósfera nos transmite los mismos sentimientos de culpa de la letra. El segmento final es genial, lamentablemente muy breve, pero con un riff mastodóntico y unas voces podridas de ultratumba que te hacen fruncir el asterisco. “Beneath my eyes”, “Truth in lie” y “Free us now” representan los tracks más accesibles del disco, con guiños a Killswitch Engage, sin perder un ápice de calidad y pesadez, brillan los estribillos ultramelódicos que los dejan como titanes en los recitales de metalcore en los que participan habitualmente. “Shapeless” hace la diferencia, suena más 90´s, medio panteroso, con un clima opresivo que es una perfecta fotografía de la psicosis del protagonista de la canción.
Esta obra maestra termina bien al palo con un triplete donde se saborea con acierto (pero mezclado con personalidad propia, por supuesto) la magia de los mencionados Opeth: primero “Statement”, la más extrema del CD, con demoledoras intervenciones de batería, luego con “Swansong”, bien trabada y retorcida, con el prog epiléptico que a pocos les da el cuero ejecutar, y finalmente el broche de oro que es la pieza que titula todo este compendio de gemas. “Into the light” condensa los mejores arreglos de teclados y voces limpias, es una rapsodia que sucede entre las más bellas melodías melancólicas y pasajes extremos, incluido el brutal clímax final. Y es, como si fuera poco, la mejor poesía sobre la muerte que leí en toda mi vida.
No podés no tener este disco, no seas “tan biónico”! Zarpada formación lo grabó: Andrés Bori en guitarra y voces limpias, Pablo Urcullú en voces podridas, Federico Mele en batería y Andrés Zadunaisky en bajo, posteriormente sumaron a Joaquín Gómez en guitarra y Alejandro De Souza se hizo cargo de los gritos del más allá.
Agradezco a Joaquín Gómez por acercarme este material.
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Acá va una excelente labor audiovisual, su lyric video de “Heir of Thorns”
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