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sábado, 27 de junio de 2015

Review de Ícaro: “Ícaro” (Reedición 2013)





Review de Ícaro: “Ícaro” (Reedición 2013)

Por Santiago Pogonza
De la mano del respetado y luchador sello Metal Command Records salió esta nueva reedición del mítico primer disco de Ícaro, lanzado originalmente en el año 2001, humilde producción que a fuerza de un sonido crudo y potente marcó un hito en nuestro Heavy Metal. Todos y cada uno de los laureles recogidos desde el lanzamiento del mismo están más que justificados: ¿Cuántos conjuntos pueden jactarse de que prácticamente todas sus composiciones sean himnos inmediatos y muchas sean consideradas ya clásicas e irrevocables? Nada más terminar la emotiva intro acústica de la inaugurante canción “Sin temor”, se desata la tormenta riffera que condensa lo mejor de la vieja escuela ochentera, con momentos veloces como en “El pez por la boca muere” (con su solo de viola casi punk!), la emotiva “Vive” y el hit “Luchando por sobrevivir”. Un aura del audio y estilo de los primeros discos de Iron Maiden se percibe con “La raíz de toda maldad”, así como la marcha marcial de los Manowar en “Hasta el final”... pero la impronta local también dice presente con “Todo es posible” (imagínenselo con la voz de Enrique Gómez Yafal) y “Como un kamikaze”, donde especialmente en esta se tributa a Kamikaze, pioneros de la segunda camada de bandas de la escena pesada argentina.
A manera de bonus tracks se ofrecen 3 piezas que reflejaban la formación de esos momentos del año 2013. El nuevo caballo de batalla llamado “Heavy Metal”, que te dan ganas de golpearte la cabeza y la bolas contra la pared gracias a su "terror teutónico", con las especiales participaciones del histórico vocalista Mario Ian y Magui García Solla, genial guitarrista de Falcon, otro gran exponente del palo. También un tema del cantante Ariel Gómez (de amplio currículum: Preludio Final, Lovecraft, Damnation, Daksha y After Sin, figuran entre sus pergaminos), “Guardianes del metal”, compuesto en los 90s y dedicado al programa radial del mismo nombre, y por último la regrabación de “Muerte al falso metal”, esa joya de la segunda placa “Tiempo perdido” (2005).
Al tiempo que se redacta y se publica esta reseña, para la algarabía de los fieles seguidores del grupo, vuelve el carismático frontman Ángel Vargas retomando el micrófono, con vistas a registrar el postergado y esperadísimo tercer CD con esta actual formación, que completan Enzo Silvero en batería, Pablo Gutierrez en bajo, más Andy Luna y Horacio Heredia en guitarras. Este último me invitó a crear el prólogo que figura en el presente disco, inmenso honor para quien esto escribe, que comparto a continuación para todos los herejes del culto metálico que no tienen esta reedición en sus manos:

En el año 1999, un puñado de metaleros se juntaron con base en Burzaco, zona sur del Gran Buenos Aires, simplemente para ejecutar la música que tanto amaban. Dos años después ya tenían plasmado su primer esfuerzo discográfico. En tan sólo dos años, que significan una fracción de tiempo relativamente corta para tal hecho. El autotitulado “ÍCARO” era un debut bastante sencillo, y las canciones que fueran registradas en apenas 30 horas, estaban ilustradas con un mínimo arte en blanco y negro, en el cual la tapa original era una foto del conjunto en vivo, con su público incluido. Debajo del logo de la banda, pequeña pero bien visible, figuraba la leyenda escrita “heavy metal”.

Parecerá redundante, pero eso es esta obra: HEAVY METAL. Genuino y puro. Porque aquí no sólo se venera a un rótulo musical, sino que también se exalta un estilo de vida. Con letras que te llegan instantáneamente al corazón, haciendo inevitable sentirse identificado con ellas, y un sonido que representaba fielmente la misma descarga de energía que manifestaban en cada presentación, sobre cualquier escenario.

Para ellos mismos y para su creciente masa de seguidores quisieron grabar un disco, y terminaron gestando un indiscutido clásico de todos los tiempos, sin usar 200 horas en el algún renombrado estudio ni contar con productores experimentados, sin ser virtuosos instrumentistas ni músicos de extensa trayectoria... Nada de eso impidió que el grupo materialice tal magia con este disco, de aquel lejano y caótico año 2001, y se convierta en una institución, que trasciende incluso a las personas que están o pasaron por la formación de ÍCARO.

Gracias a esa mencionada magia es que ayer, hoy y siempre, mi corazón resistirá y vivirá alimentado por el fuego del METAL, que es mi vida y es mi voz, es la fuerza en mi interior que no dejará que caiga… Jamás!”

Agradezco a Horacio Heredia por acercarme este material


Un ejemplo de uno entre tantos himnos que forjaron esta obra:



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